Es totalmente inesperado que un anunciante lance un spot que toque uno de los temas más sensibles del alma marketera: lo mucho que todos odiamos los anuncios en televisión, en particular cuando se abren paso en momentos particularmente álgidos de la programación. Lo cierto es que justamente este osado movimiento viene de Ikea, trayendo un anuncio estrenado recientemente en su Suecia natal.
El spot, que forma parte de la campaña Where Life Happens, dirigida a capturar momentos auténticos de la vida cotidiana de los suecos, se abre con la imagen de una pareja, un niño y un perro contemplando absolutamente extasiados el televisor en el salón de casa.
Los protagonistas están absortos en un drama que les tiene en vilo y justo cuando parece que va a pasar algo increíblemente excitante, un anuncio interrumpe la programación con su habitual coro de voces tan molestas como falsamente entusiastas.
Las reacciones de los protagonistas del spot de IKEA son tan realistas que el espectador no puede menos que verse reflejado en ellas como un espejo. Mientras el niño opta por abandonar el salón con su tableta en la mano, la madre se lamenta de lo muchísimo que odia los anuncios de televisión y fija la mirada en su smartphone.
El padre da la razón a la madre y, antes de endosar el calificativo de “mierda” a la publicidad televisiva, se levanta del sofá y se dirige a otra parte de la casa a hacer cualquier otra cosa..
Cuando el salón se queda completamente vacío, IKEA aprovecha el momento para hacer su propia publicidad. Y los precios del sofá, de la lámpara y de otros artículos de decoración comienzan a emerger en la pantalla.
Inteligente, astuto y muy bien ejecutado, el nuevo anuncio de IKEA lleva la firma de la agencia Åkestam Holst y del director Martin Werner, de la productora Bacon.