El recién elegido primer ministro británico Boris Johnson ha decidido recorrer el país tratando de persuadir a sus conciudadanos sobre los beneficios del «no deal» Brexit. A contramano, quienes no están de acuerdo con esta propuesta, están siendo animados a pegar chicles mascados en carteles con su cara.
Estos pósteres, repartidos por toda la capital de Reino Unido, alientan al transeúnte a dejar pegado su chicle con el hashtag #stickittotheman (pégaselo al hombre). Es tal el alcance de esta iniciativa que los carteles han aparecido en lugares emblemáticos como Shoreditch, Old Street o Clerkewell.
Este acción corresponde a la agencia Don’t Panic, que afirma perseguir dos propósitos con ello. En primer lugar, ayudar a la gente a protestar en contra del antiguo alcalde londinense Johnson. Y, en segundo lugar, para evitar que la gente tire los chicles al suelo. De hecho, este sencillo gesto supone ya un verdadero problema en Londres. Como indica la agencia, la administración local señaló ya en 2017 que la simple limpieza de los chicles costaba al ayuntamiento alrededor de 60 millones de libras.
Don’t Panic, por su parte, ya era conocida por sus trabajos para organizaciones tales como Greenpeace o Save the Children. Joe Wade, uno de sus cofundadores, asegura sobre esta iniciativa que «creemos que las agencias no solo deberíamos entender y apreciar la cultura y la política. Deberíamos ser parte activa de ellas, tanto por nosotros mismos como por nuestros clientes. En esta era digital, a veces olvidamos el poder y el alcance de la imprenta; genera opinión pública, sobre todo cuando los medios carecen de interactividad y no buscan el compromiso de la audiencia«.
Sin embargo, no todas las agencias están en contra del Brexit. De hecho, esta campaña surge justo cuando el gobierno británico ha anunciado que destinará un millón de libras a una campaña de marketing propia. El objetivo de la misma será preparar al país para el «no deal» Brexit en Octubre. La agencia Engine ha sido la escogida para manejar la organización y la producción de la mayor inversión publicitaria del gobierno del Reino Unido en su historia.