Por Eva Llorca
El éxito de cualquier campaña en redes sociales está determinado, en última instancia, por la capacidad de conectar con los usuarios a nivel “one-to-one”. El hecho de parecer “humano” en redes sociales puede generar confusión, ¿acaso no estamos en un medio social? Sí, lo estamos, pero a veces nos olvidamos de ello y acabamos actuando como “máquinas”, camuflándonos entre las herramientas del social media. Hay que aprender a perderle el miedo a que nuestra marca parezca divertida en redes sociales. Hablar en lenguaje coloquial puede mejorar la presencia online. Huyamos por los corporativismos de una manera estratégica.
Las redes sociales han cambiado mucho el concepto que teníamos, hasta ahora, de la vida profesional y la personal. En las redes sociales esta línea se salta sin darnos cuenta. Los códigos de publicidad que hasta ahora teníamos con los medios tradicionales, se rompen por completo en el social media. ¿Acaso hay alguien que diga “un momento para la publicidad” cuando la actualización de estado de una marca aparece junto a las fotografías de las vacaciones de uno de nuestros amigos en Facebook?
Seamos más sociales y estaremos más cerca de nuestro público, pero, ¿cómo lo haremos?
- Entender que los usuarios no se acercan a los contenidos corporativos de las redes sociales pensando que son “personas corporativas”. Las personas actúan, participan y responden no sólo como profesionales o consumidores todo el tiempo, sino como seres sociales. Así que cuando ven una actualización de estado de una marca se ven influenciados por sus aficiones, si tienen una semana difícil, o si viven en la ciudad o en el campo.
- Los usuarios no deberían ser tratados únicamente como un potencial de ventas. Todas las campañas de marketing deben estar desarrolladas, programadas y construidas para que conecten con los usuarios a nivel humano.
- Comprender las complejidades de los usuarios, su nuevo código y la necesidad de conectar a un nivel humano, no significa que abandonemos nuestros objetivos de marketing. Pero sí supone “repensar” la forma en la que nos comunicamos y presentamos nuestros productos y servicios como marcas.
- Pensemos en las marcas como un humano, una persona. Definamos una personalidad, hasta se le puede definir un “perfil”, con sus gustos, odios, aficiones o extravagancias. Si lo vemos necesario, hasta se le puede crear una identidad con rostro.
- La conexión con el usuario sólo se producirá cuando haya una convergencia por las dos partes, es decir, cuando entre ambos haya algo en común.
Cada marca, sin importar lo que venda, tiene una personalidad única. Ser más humano en redes sociales implica identificar todos los aspectos de la personalidad para que el resto de los usuarios vean a la marca como un “individuo”, como un igual.
¿Cómo se consigue? Empieza definiendo el tono, el lenguaje o la estética, para evolucionar a otros conceptos más intangibles, como presentar las experiencias o aspectos que les apasionan. Y esto puede conseguirse sin desviarse de los valores fundamentales, objetivos o principios de la empresa.
Que una marca consiga ser auténtica lleva tiempo y es un proceso largo. Pero tiene gratas recompensas, como el que sea más fácil conectarse con las personas. Y eso, en un mundo social, es lo ideal.
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