Un posible ERE, un ajuste salarial, el cierre de una planta de producción o la venta de la compañía a un grupo competidor. Son solo cuatro escenarios figurados que pueden desatar el pánico en una organización, generar un ambiente tóxico, desmotivación en la plantilla y, en definitiva, impedir que la empresa funcione de manera óptima. A veces esos escenarios son veraces pero en ocasiones carecen de fundamento y responden a bulos y habladurías que nada tienen que ver con la realidad.
El nerviosismo que genera un rumor en una organización puede convertirse en una bola de nieve que crece y crece si no se actúa a tiempo. Los resultados pueden ser perniciosos y van de un mal clima laboral a un descenso de la productividad, sin olvidar el impacto negativo en la imagen de la compañía, que puede sufrir como consecuencia de todo ello una crisis que ponga en entredicho su buen nombre.
Uno de los procesos más críticos es el de los procesos de cambio, dado el volumen de chismes que suelen generar. Un estudio realizado entre 43 empresas norteamericanas puso de relieve que cuando ese tipo de procesos fracasaron fue debido a tres motivos básicos: la presencia de rumores negativos, el hecho de que los trabajadores conocieran los planes de la organización a través de fuentes externas y el uso de canales de comunicación inadecuados en vez de la comunicación cara a cara.
Un buen ejemplo a la hora de combatir el rumor lo dio la compañía Delta Airlines, cuando tuvo que afrontar una reestructuración de plantilla que afectó a miles de empleados, una de las situaciones que más miedo desencadena en una organización. Delta, que hasta entonces se había distinguido por su capacidad para retener talento, tuvo la valentía de poner en marcha una línea telefónica para atender las dudas de sus trabajadores. En solo una semana, recibió unas 14.000 llamadas. Otra de las medidas que adoptó fue intensificar, sobre todo, la comunicación interpersonal.
¿Qué medidas podemos adoptar para hacer frente a rumores dañinos para una organización?
- Actuar con rapidez, contrarrestando la propagación de falsedades con información veraz. Evita la técnica del avestruz.
- Tomar el control del relato e impedir que lo hagan otros, asegurándonos de que la información llega correctamente a los integrantes de la plantilla.
- Intensificar el uso de los canales de comunicación existentes, sin olvidar que nada tiene más credibilidad que la comunicación cara a cara.
Javier Salgado Derqui
Managing Director USA en ATREVIA
Experto en Comunicación Corporativa y Comunicación de Crisis
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