En un momento en el que el rechazo de los consumidores hacia los anuncios tradicionales va en aumento, la originalidad es una de las claves para marcar la diferencia, idea que sigue a pies juntillas Ben Callner en su nuevo proyecto.
El joven director que destacó en la Super Bowl del 2013 de la mano de Doritos, vuelve a la carga con una iniciativa que demuestra que el tamaño no importa cuando la publicidad es buena. En esta ocasión Callner presenta un corto de 14 minutos de duración en el que se narra la historia de un hombre y su recorrido vital, desde que se va de casa, hasta que obtiene un trabajo o conoce a una chica.
El amor, el humor y el ingenio se entremezclan a lo largo de la pieza elaborada con varios anuncios ficticios. Así, el director se propuso narrar un storytelling fluido, coherente y cohesionado, pero al mismo tiempo creando pequeños anuncios en cada escena.
El resultado, spots de bebidas alcohólicas, galletas o compañías de telecomunicaciones en medio de esta historia personal que combina de una manera brillante lo publicitario y lo humano para conectar de una manera emocional con los espectadores.