Cuatro meses después del lanzamiento de Quilmes Clásica y de que fuera aprobada por todos los mozos de Argentina, llegó la hora del juicio definitorio: la opinión de los comensales. Para satisfacción de su maestro cervecero, el veredicto fue claro: pulgares arriba.
Quilmes Clásica no pasará desapercibida en ningún paladar, confirmando aquello que muchos afirman: del pasado traer lo mejor para el hoy y el mañana.